iNVOCATORIA ABIERTA 2024
inteligencia orgánica
FESTIVAL SUR AURAL
En su sexta edición, el “Festival Sur Aural 2024” se propone indagar en los lenguajes silentes de la naturaleza y el cosmos. Tras cinco versiones abriendo portales entre los tiempos pasado, presente y futuro, en esta versión nos planteamos cuestionar la relación entre naturaleza y cultura para luego augurar las posibilidades de un renacimiento con la “Inteligencia Orgánica”. Indagamos en estos conceptos para crear un unísono vibratorio en armonía con el todo.
"Inteligencia Orgánica" emerge como una respuesta vibratoria ante el auge de la inteligencia artificial.
Se presenta como la esencia de la vida misma, palpable en cada célula y en cada latido universal. Desde el núcleo de nuestras moléculas hasta el trinar de las aves, esta inteligencia resuena con la historia de nuestros ancestros, recordándonos que sólo a través de la humildad y la observación podremos desentrañar su complejidad y abrazar su belleza.
Dejamos abierta esta invocatoria y te invitamos a unirte a esta vibración colectiva!!!!
La inteligencia es ante todo una capacidad, capacidad de entender, analizar, dar sentido y resolver. Es la bisagra universal que interconecta y pone en relación, a través de una combinación infinita de acontecimientos, a las dos grandes extensiones que conforman nuestro universo: lo subjetivo y lo objetivo. Es una sustancia puramente espiritual ante el devenir.
Esta afirmación, como tantas otras, empieza a sentir las pequeñas réplicas de los grandes sismos que se están llevando a cabo en las capas más profundas de la existencia. Temblores cuyas fuerzas originarias conmocionan toda certidumbre y resquebrajan las estructuras sobre las cuales se ha construido y desarrollado el espacio vital de lo humano.
Y es que las señales de dichas réplicas se manifiestan en cambios que evidenciamos de manera cada vez más evidente. Podemos experimentarlo en el clima, el lenguaje, la velocidad, la interconexión, la memoria y la capacidad de acumulación y procesamiento de información, todos aspectos atravesados hoy por una crisis de desarraigo.
El proceso de desarraigo de la inteligencia cobró más atención a partir de la aparición y dominio público de las IA (Inteligencia artificial), una promesa que se debate en ser la salvación o el fin de la vida humana. Y es que las capacidades referidas a la inteligencia empiezan a ser abordadas, al parecer a un ritmo frenético, por el uso y acceso al big data (1) a través de mecanismos denominados deep learning (2)
En esta encrucijada se debaten varios temas como el valor del trabajo humano ante su posible reemplazo por una máquina; el costo energético de los grandes centros de información; el valor ético de la utilidad, posesión y centralización de la información; y el completo desarraigo de nuestra cualidad humana y es que surge la inevitable pregunta, ¿qué somos y qué queda suspendido en la categoría humana, si la única cualidad que nos diferenciaba está siendo desarrollada con mayor efectividad por una máquina?.
Y es aquí donde se antepone el núcleo adjetivo de lo orgánico o en el caso concreto que tratamos, el de la inteligencia orgánica. Y es que no queda alternativa ante la artificialidad que volver a la raíz, replantearnos preguntas sobre la posibilidad del cuerpo y la extensión de la vida, confrontar el abismo que separa a nuestras ideas del mundo exterior, equivocarnos de nuevo, sentir el vértigo de nuestra finitud, imaginar lo imposible y sentir los límites del lenguaje, volver a nuestro estado primordial dentro de una cámara de resonancia y recordar que todo vibra y todo nos afecta.
De esta manera reconoceremos y reafirmaremos algunos rasgos de la inteligencia orgánica, su naturaleza relacional y su origen vibratorio, cualidades que conforman una semilla afirmativa que Sur Aural pretende plantar este 2024: Adjudicar que la intelligentia es una capacidad profundamente sonora.
(1) Grandes volúmenes de datos extraídos de plataformas digitales o de otros ámbitos, tales como máquinas conectadas a través de la internet de las cosas, deben procesarse para obtener información –sobre el pasado y el presente– que pueda configurar el futuro. Para ello se usan algoritmos.
(2) Los modelos de deep learning están constituidos por muchas capas que forman redes jerárquicas para aprender características y clasificar identificando patrones. La especificidad de estos algoritmos es que evolucionan, se vuelven más expertos en función de la afluencia y el análisis de datos. En otras palabras, aprenden y mejoran por sí mismos a medida que procesan más datos, ajustando sus parámetros para arrojar mejores previsiones.
